Margaritas

(Bellis sylvestris)

Ya desde principios de año, aún en pleno invierno, comienzan a hacerse visibles en Las Aguilillas varias especies de plantas a cuyas flores solemos llamar genéricamente Margaritas. La mayoría de ellas son de la familia COMPOSITAE, también nombrada como ASTERACEAE, como es el caso de la Bellorita, la más temprana de las Margaritas del Parque, una especie sur europea y mediterránea que necesita temperaturas frescas y humedad para realizar su ciclo.

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Bellis sylvestris es una planta pequeña, perenne con rizoma, que posee una roseta de hojas basales espatuladas de color verde oscuro con tres nervios principales. Sobre la roseta muestra uno o varios tallos florales sin hojas (escapo) que sujetan cada uno un capítulo solitario.

La inflorescencia propia de las Compuestas es el capítulo, también llamado cabezuela, en el que se agrupan numerosas flores sujetas sobre un receptáculo rodeado por brácteas (involucro), que en Bellis sylvestris son pelosas y tiernas como hojitas.

Las flores centrales son flósculos amarillos y las exteriores son flores liguladas blancas, a veces con el borde teñido de púrpura. Ambos tipos de flores son tubulares y se diferencian en su remate: lengüeta (lígula) en las flores liguladas y varios lóbulos en las flosculosas. Fructifica en un conjunto de aquenios (fruto seco indehiscente con una sola semilla).

Para leer más sobre cada planta de Las Aguilillas existe en la cabecera del blog y en la columna de la derecha el apartado «ESPECIES». Para identificar por imágenes las especies del Parque contamos con «IDENTIFICA». Para consultar las distintas familias de plantas se puede utilizar «FAMILIAS».

2 comentarios en “Margaritas

    1. Gracias por tus comentarios que hacen honor a tu «mote», y me sirven porque veo que hay a quien le resulta interesante lo mismo que a mí.
      Desde luego que tienen algo especial las flores que ves con el aliento helado y el chaquetón bien abrochado, o esas que relucen espléndidas cuando huyes del sol en el sofoco veraniego. Y es de desear que lo benigno del invierno sea algo cíclico y no definitivo, inducido por las personas, que estropee del todo el futuro del Planeta.

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